Hoy en día, parece que lo ‘normal’ se haya vuelto extraordinario… Y es que hay que ver lo que nos gusta -a veces- complicarnos la vida, con lo sencilla que en realidad es.
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El otro día tenía una conversación muy interesante con mi hermana -una de las personas más alegres, positivas y aparentemente felices que conozco-.
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Me contaba/confesaba que, no pocas veces, le cuesta participar en las conversaciones, pues considera que su vida es “normal”, buena, sin grandes sobresaltos ni dramas que contar y que, generalmente, se siente feliz en todas las facetas de su vida.
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Me hizo reflexionar mucho -más que nada, porque intento aprender de ella todo lo que puedo, por lo muchísimo que la admiro-.
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Me di cuenta de que es verdad, que la vida es fácil si la dejas ‘tranquila’, si le coges cariño a la ‘normalidad’, si la dejas fluir…
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…Y es que quizá sea eso lo que más nos cuesta, FLUIR. Quizá sea PENSAR lo que más nos sobra. Quizá SENTIR sea lo que más nos falte.
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Anyway, ya que no existen fórmulas mágicas para mejorar en lo que viene siendo el arte de vivir, de momento voy a tratar de practicar esta: